Foto Agencia EFE |
En Santiago, fuerzas de carabineros tomaron las instalaciones de la
Universidad de Chile para detener a decenas de estudiantes que protestaban en
el interior de esa casa de estudios. La acción fue repudiada por el rector de
la institución.
La violenta represión perpetrada este jueves por los Carabineros
chilenos contra estudiantes que se movilizaban pacíficamente en rechazo a la
política educativa del presidente Sebastián Piñera, culminó con un balance de
324 detenidos y al menos 74 personas heridas, entre ellas 24 policías y 50
jóvenes.
El gremio estudiantil marchó por las principales calles y avenida de
Santiago, en demanda de una educación pública gratuita y de calidad y repudio a
las intenciones del Ejecutivo de Piñera de privatizar totalmente el sector universitario.
De acuerdo con los primeros informes policiales, la cifra de heridos era
de 30 personas en la región metropolitana de Santiago, destacando cuatro
policías y otros 20 jóvenes lesionados tras el ingreso no autorizado de la
Policía a la Casa Central de la Universidad de Chile.
Ya en horas de la noche, organizaciones defensoras de derechos humanos
denunciaron que "al menos 50 jóvenes quedaron con diversas lesiones",
en los disturbios registrados durante la multitudinaria marcha.
En tanto, datos oficiales indican que en la capital chilena se
registraron 214 detenidos y 17 policías lesionados y el resto en las demás
ciudades del país, donde también se replicaron las marchas estudiantiles y la
represión policial.
En Santiago, los incidentes más graves estallaron en las inmediaciones
del Centro Cultural Estación Mapocho, cuando un grupo de encapuchados se separó
de la marcha y comenzó a lanzar piedras y bombas de tipo molotov a la Policía.
Los incidentes se trasladaron más tarde a la Casa Central de la
Universidad de Chile, donde decenas de carabineros ingresaron sin autorización
al edificio para detener a los estudiantes que se manifestaban en ese lugar.
El rector de la casa de estudios, Víctor Pérez, denunció que el ingreso
de la Policía "rompió una tradición de más de cien años de respeto a la
Universidad de Chile". Asimismo, calificó como "inaceptable" la
"brutal invasión hecha por Carabineros a las dependencias de Casa Central,
golpeando y apaleando a nuestro estudiantes".
Por su parte, el presidente de la Confederación de Estudiantes de Chile
(Confech), Andrés Fielbaum, repudió la acción de los uniformados y aseguró que
estos ingresaron "golpeando a todo lo que se moviera".
A las 21H00 horas locales (01.00 GMT del viernes), cientos de
estudiantes, padres y apoderados hicieron sonar sus cacerolas en las
adyacencias de la Universidad, en repudio de la acción policial ocurrida horas
antes.
Los estudiantes chilenos siguen exigiendo una educación pública,
gratuita y de calidad que sustituya el modelo actual, implantado en 1981
durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
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